miércoles, 24 de septiembre de 2008

Niebla


Mañana nublada, fría, descorazonada, nada cambio solo el ruido del viento que se hacia mas fuerte. Niebla no veía sus manos, no veía su cara, no sentía su cuerpo, solo el ronroneo de su alma, solo ese gruñido de hambre, que la pobre gata había sentido. En toda la noche no había podido pegar el ojo, un mendigo, que no paraba de gritarle que se callara, la pateo, salio disparada hacia un arbusto y en él mosquitos, que la picaban, la herían. Tenia hambre y frío había escapado de su hogar para encontrar uno mejor y ahora se arrepentía porque en el interior de su casa, aunque nunca la miraban, estaba bien sola, se quedaba día tras día y noche tras noche maullando para que su amo pusiera en ella la mirada, pero él con su indiferencia la ignoraba, le daba de comer y nada mas, la dejaba salir pues sabia que regresaría, sabia que lo quería demasiado, y al final Niebla lo decidió "Me iré con el viento de la mañana", había leído en los libros de su amo que existía un lugar en donde todos eran felices, los gatos hablaban, las princesas eran benévolas y los caballeros armados se iban a la batalla con su loco corazón, mientras sus labios desbordaban viejas poesías mientras veían alejarse la torre mas alta, del castillo mas grande, del pueblo mas insignificante, ahí era donde Niebla se había propuesto vivir para siempre siendo su dueño un joven llamado Arturo Adragon.
P.D.: Tome el nombre de un personaje del libro el Ejército Negro el cual recomiendo usted es fanático de las historias de caballeros y dragones y ese tipo de cosas

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